Jamás imaginé que tendríamos una cena de Noche Buena en un autobús. Lo cierto es que mi madre tuvo un día de guardia intenso y mi padre no acababa hasta tarde su jornada como conductor así que nos liamos la manta a la cabeza y cenamos bocadillos de jamón y brindamos con latas de cocacola... eso sí, ante la estupefacción de los pasajeros que estaban a punto de subirse al autobús.
Pero a pesar de todo, nosotros queremos desearos...
BON NADAL!
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