Qué bueno es tener amigos que recibir en su casa cuando llegan cansados de trabajar. Qué bueno poder tener un pequeño detalle con el que recibirlos cuando están pasando por momentos de estrés y cansancio.
Qué bueno es tener la confianza suficiente para coger la guitarra y arrancarte a tocar esa canción que compusiste hace tanto tiempo. Qué bueno.
Qué bueno es tener amigos con los que poner cara de idiota si hace falta, emocionarse o reír. Qué bueno es teneros, chicos.
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